El Hogar de Niñas Esmeralda se encuentra en la ciudad de Quyquyho, a unos 180 km al sur de Asunción; es un hogar de cuidados alternativos, que actualmente alberga a niñas y adolescentes en situaciones de riesgo social.
Ellas han sido separadas de sus familias por diversas causas para su propio resguardo integral, y por disposición judicial ingresan al hogar. Durante ese tiempo se buscan alternativas de solución a las causas que han originado dicha extracción del núcleo familiar.
La permanencia de las niñas en el hogar es temporal, pendiente de diversos factores, a la espera de mejores condiciones en su núcleo familiar original. Si esas condiciones son saludables y apropiadas, entonces pueden ser reinsertadas de nuevo allí. En el caso que no puedan regresar a sus familias de origen se evalúan las posibilidades del acogimiento o incluso la adopción por una familia. En todos los casos, las decisiones se toman bajo el curso de la disposición de un Juez.
Durante su estadía en el hogar las niñas y adolescentes reciben un acompañamiento integral en las áreas de educación, salud, contención psicosocial y espiritual, incluyendo la necesaria manutención. Por cuanto el hogar no recibe ninguna asistencia financiera del estado, el sostenimiento depende completamente de iniciativas autogestionadas y la valiosa colaboración de donantes.
El hogar cuenta con dos unidades residenciales, en las que se pueden alojar a siete niñas en cada unidad, y en cada una de ellas también a una “tía cuidadora” que las atiende a tiempo completo. El plantel es de cuatro personas que alternan para el cuidado, incluyendo los fines de semana. Además, un equipo técnico compuesto por una trabajadora social, una psicóloga y un abogado, prestan asistencia permanente. En el lugar también se cuenta con una clínica dental propia, una huerta, un gallinero, un parque infantil, una cocina, un comedor, un amplio espacio de patio con áreas recreativas, y una residencia para la directora, responsable de cuidar y atender las necesidades generales de las niñas y el hogar. Un personal de patio está encargado del mantenimiento y la jardinería.
Ellas han sido separadas de sus familias por diversas causas para su propio resguardo integral, y por disposición judicial ingresan al hogar. Durante ese tiempo se buscan alternativas de solución a las causas que han originado dicha extracción del núcleo familiar.
La permanencia de las niñas en el hogar es temporal, pendiente de diversos factores, a la espera de mejores condiciones en su núcleo familiar original. Si esas condiciones son saludables y apropiadas, entonces pueden ser reinsertadas de nuevo allí. En el caso que no puedan regresar a sus familias de origen se evalúan las posibilidades del acogimiento o incluso la adopción por una familia. En todos los casos, las decisiones se toman bajo el curso de la disposición de un Juez.
Durante su estadía en el hogar las niñas y adolescentes reciben un acompañamiento integral en las áreas de educación, salud, contención psicosocial y espiritual, incluyendo la necesaria manutención. Por cuanto el hogar no recibe ninguna asistencia financiera del estado, el sostenimiento depende completamente de iniciativas autogestionadas y la valiosa colaboración de donantes.
El hogar cuenta con dos unidades residenciales, en las que se pueden alojar a siete niñas en cada unidad, y en cada una de ellas también a una “tía cuidadora” que las atiende a tiempo completo. El plantel es de cuatro personas que alternan para el cuidado, incluyendo los fines de semana. Además, un equipo técnico compuesto por una trabajadora social, una psicóloga y un abogado, prestan asistencia permanente. En el lugar también se cuenta con una clínica dental propia, una huerta, un gallinero, un parque infantil, una cocina, un comedor, un amplio espacio de patio con áreas recreativas, y una residencia para la directora, responsable de cuidar y atender las necesidades generales de las niñas y el hogar. Un personal de patio está encargado del mantenimiento y la jardinería.